Martiform fue a las Maldivas con el Chef Luca Arguelles

Un viaje de sabores, en la mejor compañía. Martiform conversó con Luca Arguelles sobre su más reciente aventura por las Maldivas. El Chef Pastelero comparte cómo llevó su conocimiento e incorporó los sabores locales diseñando una experiencia única para el Four Seasons Landaa Giraavaru.

M: ¿Cómo surge esta oportunidad de realizar un trabajo de consultoría en el Four Seasons Landaa Giraavaru?

L: Esta oportunidad surgió porque fui el Chef Pastelero de ellos entre 2009 y 2010. Siempre mantuve un contacto muy cercano con todos y, sabiendo ellos que estaba disponible, me invitaron a ayudar en la modernización de los postres de los 4 restaurantes del Resort, así como a auxiliar en la preparación de los amenities para la época de Navidad

M: ¿Qué fue lo que más le marcó en esta experiencia?

L: El hecho de volver a un lugar donde fui muy feliz, un lugar que veo casi como una segunda casa, después de tantos años de haberme ido, encontrar a tanta gente de esa época, y que todos se acuerden de mí por las mejores razones. Volver al Paraíso, a un FourSeasons, después de tantos años como consultor, es un motivo de orgullo, señal de que algo muy bueno debí haber hecho en su momento.

M: ¿Qué piensan los profesionales internacionales sobre la Gastronomía Portuguesa?

L: Por lo general, en todos los lugares por donde he pasado, encuentran nuestra Gastronomía maravillosa, una Gastronomía muy simple, pero al mismo tiempo muy compleja, que hacemos muchas cosas con poco. La aprecian mucho. En cuanto a nuestra Pastelería, no les gusta tanto, la encuentran demasiado dulce.

M: ¿Cómo comenzó su carrera como Chef Pastelero?

L: Mi carrera como Pastelero comienza alrededor de mis 9, 10 años junto a mi Madre, un poco por obligación, pero desde el principio me gustó, sabía bien mojar el dedo en la yema del Bizcocho, por ejemplo (risas). Desde esa época sabía que quería dedicarme a la Pastelería. Cuando terminé mi 9º año no quise seguir estudiando, mi Madre insistió en que hiciera al menos un curso donde obtuviera el 12º año, ¡y así fue! El curso que elegí, único disponible en la región, fue de Hostelería/ Restauración en la EPRAL de Monforte, porque incluía Pastelería en sus especialidades. La idea era aprender mucho y volver al negocio familiar, pero… no fue exactamente así. Con prácticas por medio, amigos que fui haciendo y por sentirme bien en el ambiente de Hostelería, decidí seguir por ese camino. Fui ganando gusto, deseos y volviéndome cada vez más ambicioso… el resto es historia!

M: Tiene un amplio curriculum internacional. ¿Considera que la diversidad de culturas con las que trabajó influyó en su perfil como pastelero?

L: Sin lugar a dudas. Debemos viajar, conocer, aprender, de todas las culturas que podamos. Somos muy diferentes, pero en el fondo todos somos iguales. Sobre todo, me permitió conocer ingredientes que de otra manera no habría conocido. A dondequiera que iba, absorbía todo lo que podía de las costumbres, tradiciones y culturas locales, pero también me aseguraba de que ellos absorbieran al máximo la cultura y costumbres portuguesas. Traer un poco de ellos y dejar un poco de nosotros solo nos enriquece.

M: ¿Qué diferencia a la pastelería tradicional portuguesa de las demás?

L: La pastelería tradicional portuguesa es única y especial, con 4 o 5 ingredientes tenemos un repertorio enorme de dulces por todo el país y es impresionante todo lo que podemos hacer de especial. Ningún otro país puede decir lo mismo.

Existen diversos tipos de pastelería en todo el mundo, cada uno con su estilo, sabor, influencia, tradición, pero ninguno tan rico como el nuestro. Solo lamento que esta no sea tan (re)conocida y valorada fuera, donde solo conocen el Pastel de Nata.